EL VERSO
El
verso es la unidad rítmica, es decir, la parte más pequeña del
poema sujeta a ritmo y medida. Está siempre en función de otro u
otros versos. Su ritmo depende principalmente de los elementos
siguientes: el acento, la rima, el cómputo silábico y las pausas y
encabalgamientos.
A) El acento
La
versificación española se basa en el ritmo intensivo o acentual, no
en el cuantitativo como lo hacían la griega y la latina. Por ello,
es fundamental la distribución de los acentos. De todos los que
aparecen en el verso nos interesa especialmente el último; pues,
como veremos, influye de manera decisiva en el resto de elementos
rítmicos.
Según
la posición de la última sílaba acentuada, los versos se
clasifican en:
-
verso agudo:
es aquel cuya última sílaba acentuada coincide con la última del
verso (“lloras zumo de limón”);
-
verso llano:
es aquel cuya última sílaba acentuada es la penúltima del verso
(“vino primero pura”);
-
verso esdrújulo:
es aquel cuya última sílaba acentuada es la antepenúltima del
verso (“que contesten nuestras lágrimas”).
B)
La rima.
La
rima consiste en la repetición de ciertos fonemas a partir de la
última vocal acentuada. Si en dos o más versos esa coincidencia es
total, es decir, afecta a vocales y consonantes, se dice que esos
versos riman en consonante.
Si sólo se repiten todos los fonemas vocálicos, se habla de rima
asonante. La
asonancia puede no ser perfecta, ya que es posible entre una palabra
esdrújula y una llana (se prescinde de la vocal intermedia:
“cántico
/ claro”)
y entre una palabra con diptongo y otra sin él (la vocal débil no
cuenta: “viento
/ presto”).
La
rima de una composición sólo puede ser consonante o asonante, dado
que las normas clásicas prohiben su mezcla.
C)
El cómputo silábico.
La
versificación usada por nuestros poetas se basa fundamentalmente en
el número de sílabas del verso.
A
la hora de realizar el cómputo silábico de cada uno de los versos
de una composición, conviene recordar que las sílabas gramaticales
no siempre coinciden con las sílabas métricas; es decir, hay que
tener en cuenta las reglas y las licencias que sigue y emplea el
poeta.
Dos
son las reglas
métricas que debe
emplear el poeta y que afectan al cómputo silábico, a saber:
1ª)
La posición del
último acento
determina el número de sílabas métricas, que se marcan con una
línea recta: __ , del modo siguiente: cuando el verso es agudo se
cuenta una sílaba más, si es llano sólo las existentes y si es
esdrújulo una menos. Así:
“Llo
ras
zu
mo
de
li
món” 7
+ 1 = 8 sílabas métricas (verso agudo)
1
2 3 4 5 6 7
“Vi
no
pri
me
ro
pu
ra” 7
sílabas métricas (verso llano)
1 2
3 4 5 6 7
1 2 3 4 5 6 7 (8) 9
2ª)
Cuando una palabra que termina en vocal(es) está seguida de otra que
comienza por vocal(es) se hace sinalefa,
es decir, ambas se unen constituyendo una sola sílaba métrica, que
se señala con una línea curva:
No
debemos olvidar que, salvo a comienzos de la Edad Media, la hache
no impide la sinalefa.
Además,
debemos tener en cuenta que cuando una conjunción copulativa (y,
e) o disyuntiva (o,
u)
va entre dos vocales sólo forma sinalefa con la palabra que va a
continuación. Así:
“Dios
es
tá a zul.
La
flau
ta
y el tam
bor 10
+ 1 = 11
1
2
3 4 5 6 7 8
9 10
a
nun cian
ya la
cruz de
pri ma
ve ra.” 11
1 2 3
4 5 6 7 8 9 10 11
(Juan
Ramón Jiménez)
Las
tres licencias
métricas que con
mayor frecuencia emplea el poeta para lograr el cómputo silábico
deseado son las siguientes:
a)
El hiato
–también llamado dialefa-
es el fenómeno contrario a la sinalefa: la vocal final de una
palabra y la primera de la siguiente no se unen, cada una de ellas
forma parte de una sílaba distinta. El símbolo que empleamos para
señalarlo es éste: /.
Ejemplo:
“Mi
/ al ma
en paz
se en cuen
tra” 7
1 2
3
4 5
6 7
b)
La diéresis
consiste en la destrucción de un diptongo, separando sus vocales en
dos sílabas distintas. Esta licencia suele señalarse en la
escritura poniendo dos puntitos (llamados diéresis
o crema)
sobre la vocal cerrada. En el cómputo silábico se indica empleando
el mismo símbolo que utilizamos para marcar el hiato.
Ejemplo:
“Tu
glo rï
/ o sa
fren
te” 7
1
2 3 4 5 6 7
c)
La sinéresis
es la licencia menos usada de las citadas. Consiste en convertir en
diptongo dos vocales que dentro de una palabra van en sílabas
distintas. Se marca así: .
Ejemplo:
“Mi
al ma
es tá
be o da” 6
1 2 3
4
5
6
Las
licencias métricas no se reconocen a
priori; es el cómputo silábico
completo del texto el que nos indica que es posible que el poeta se
haya servido de ellas.
D)
Las pausas y encabalgamientos.
La
pausa es
la breve interrupción o descanso que debemos hacer entre el final de
un verso y el comienzo del siguiente. A veces, esa pausa obligada
resulta violenta por razones sintácticas, se habla entonces de
encabalgamiento.
Un
encabalgamiento
es, por tanto, el desajuste que se produce cuando el final de una
construcción sintáctica no coincide con el final del verso. Podemos
observarlo en el siguiente ejemplo:
“¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro,
con soledad y llanto;
y
tú, rompiendo el puro
aire,
te vas al inmortal seguro?”
(Fray Luis de León)
Se
llama verso
encabalgante a
aquel en que se inicia el encabalgamiento (“y tú rompiendo el
puro”) y verso
encabalgado a aquel
en que termina (“aire, te vas al inmortal seguro?”).
El
encabalgamiento se considera abrupto
si se extiende hacia la mitad del verso encabalgado (o menos, como en
el ejemplo anterior) y suave
si va más allá.
Los
encabalgamientos se suelen usar para realzar y potenciar el valor
expresivo de las palabras que lo forman.
E)
Clasificación de los versos según el número de sílabas.
Los
versos se clasifican atendiendo al número de sílabas del siguiente
modo:
A)
Versos simples
son los que poseen once o menos sílabas. Se dividen en:
-Versos de arte menor,
que son los que tienen ocho o menos sílabas. Se les denomina:
-bisílabos
(si tienen dos sílabas);
-trisílabos (si
tienen tres);
-tetrasílabos (si
tienen cuatro);
-pentasílabos (si
tienen cinco);
-hexasílabos (si
tienen seis);
-heptasílabos (si
tienen siete);
- y
octosílabos (si
tienen ocho).
Este
último, el octosílabo es el más característico de la poesía
española. Está presente en nuestra lírica -tanto en la culta como
en la popular- desde sus inicios.
-Versos
de arte mayor2,
que son los que están formados por nueve o más sílabas y que
reciben los siguientes nombres:
-eneasílabos
(los que tienen nueve sílabas);
-decasílabos
(los que tienen diez);
- y endecasílabos
(los que tienen once).
De
ellos, el endecasílabo es el más utilizado. Este verso de origen
italiano fue plenamente adaptado a nuestra poesía por Garcilaso de
la Vega (siglo XVI) y desde entonces ha sido empleado por todos los
poetas.
B)
Versos compuestos
son los que constan de más de doce sílabas. Son compuestos porque
están formados por dos simples, separados por una pequeña pausa que
se denomina cesura.
Las características de un verso compuesto son las siguientes:
1ª. La cesura que divide los dos versos impide la
sinalefa.
2ª.
El cómputo silábico se realiza como si fueran dos versos
independientes.
Los
versos compuestos más utilizados son los que citamos a continuación:
- el dodecasílabo,
es decir, el de doce sílabas;
-y el alejandrino,
que consta de catorce.
El
dodecasílabo es el verso solemne de los poetas de los siglos XIV y
XV. Más importante en nuestra métrica es el alejandrino, verso
propio del Mester de Clerecía (siglos XIII y XIV), empleado también
en el Romanticismo (primera mitad del XIX). Los versos de más de
catorce sílabas raramente han sido utilizados por nuestros poetas,
aunque podemos encontrarlos en la poesía contemporánea.
1
No deben confundirse este tipo de versos con los llamados blancos
ni con los denominados libres. Los versos blancos son
los que sujetándose a las demás leyes rítmicas (acentos, pausas,
número de sílabas, etc.) carecen de rima y los libres son
aquellos que no se sujetan a las leyes métricas establecidas, pues
su medida y su rima (cuando ésta existe) dependen del gusto del
poeta.
2
La rima de los versos se indica colocando, al lado del número que
apunta cuántas sílabas lo componen, una letra -siguiendo el orden
alfabético-, que irá en minúscula si la rima es asonante y
en mayúscula si es consonante. El verso que quede suelto se
señalará con un guión. Fíjate en los ejemplos siguientes:
“Estaba la mar en calma 8-
la luna estaba crecida 8a
moro que en tal signo nace 8-
no debe decir mentira.”
8a
(Anónimo)
“Tanto es el mal que mi
corazón siente 11A
que sólo la memoria de un momento 11B
viene a ser para mí crudo
accidente. 11A
¿Cómo puede vivir mi
pensamiento 11B
si al pasado placer y el mal presente 11A
tienen siempre ocupado el
sentimiento?” 11B
(Boscán)
EMM
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