La
hipérbole es una figura retórica que consiste en exagerar la realidad.
¡Eres
más lento que una tortuga!
Llueve
a cántaros
Tengo
tanto sueño que podría quedarme dormido aquí de pie
Te
llamaré un millón de veces
Te
mando infinitas gracias
Te
bajaré la luna y las estrellas a tus pies
¡Lo
sabe todo el mundo!
¡Tienes
un corazón tan grande que, no te cabe en el pecho!
Por doler me
duele hasta el aliento.
(Miguel Hernández)
Por
tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero
(Federico García Lorca)
Las
más veces me entrego, otras resisto
con
tal furor, con una fuerza nueva,
que
un monte puesto encima rompería
(Lope de Vega, “Soneto XXVI”)
Érase
un hombre a una nariz pegado
(Francisco de Quevedo)
Yace,
en esta losa dura
una
mujer tan delgada
que
en la vaina de una espada
se
trajo a la sepultura"
(Baltasar del Alcázar)
No
hay extensión más grande que mi herida
(Miguel Hernández)
Señor
excelentísimo, mi llanto
ya
no consiente márgenes ni orillas:
inundación
será
la de mi canto
(Francisco de Quevedo)
Devoró
libros, pasto del alma (Baltasar
Gracián en referencia al Quijote)
El
dictador [...] cuyo poder había sido tan grande que alguna vez preguntó qué
horas son y le habían contestado las que usted ordene mi general…
(Gabriel García Márquez)
Con
mi llorar las piedras enternecen
su
natural dureza y la quebrantan;
los
árboles parece que se inclinan;
(Garcilaso de la Vega , “Égloga I”)
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