Español de América. Atlas sonoro 2. Colombia, Guatemala y Puerto Rico
Colombia: VAINA
Laura Restrepo
Colombianísimo es el uso indiscriminado de la
palabra vaina, comodín universal que para todo sirve. Exclamamos ¡qué
vaina! cuando se trata de un desastre, y ¡qué buena vaina!
para referirnos a un triunfo e incluso a la salvación. Para precisar su extenso
significado, suele utilizarse precedida por el pronombre demostrativo esa:
Pásame esa vaina, decimos señalando con el índice, y podemos
estar pidiendo desde una aguja hasta un elefante. Ya salí de esa
vaina alude a cualquier alivio, desde curarse de un resfrío hasta ganar
un juicio contencioso- administrativo. Al extranjero que visite estas tierras,
familiarizarse con el múltiple y versátil manejo de vaina le
ahorra tener que aprender español. En cuanto a amplitud de cobertura, vaina sólo
es equiparable al omnímodo mierda (v. gr. queda en la
mierda; se me perdió esa mierda; qué es esta mierda). El cosmos entero
cabe en vaina, que se destaca como concepto borgiano por
excelencia aunque el propio Borges nunca lo haya utilizado: Vaina
es el Alfa y el Omega; Vaina es el Aleph. Laura
Restrepo
Guatemala:
KAIBIL
Rodrigo Rey Rosa
En
1974 se puso en circulación esta palabra de origen maya-mam, kaibil, para
designar un tipo de comandos especiales que combatieron en la guerra
contraguerrillas en Guatemala, los que se hicieron notorios por su crueldad
extrema y porque participaron en numerosos actos de genocidio. Kaibil aparece
casi a diario en la prensa guatemalteca, se usa tanto en relatos y novelas como
en poemas y ensayos y películas documentales y de ficción.
Puerto Rico: BREGAR
Mayra Santos-Febres
El puertorriqueñismo por excelencia es el verbo "bregar". Yo brego,
tu bregas, estamos bregando, eso lo bregamos ahora; " !chico, brega bien!
". Me imagino que la ubicuidad de la palabra explica todo un modo de vida.
Hay que bregar mucho para vivir en Puerto Rico. Hay que estar dispuesto a
negociar, resolver, resolverse, esquivar e inventar soluciones nuevas casi
todos los días. Es decir que aquí en la Isla siempre estamos "en la
brega". Vivimos, como argumenta nuestro gran ensayista Arcadio Diaz, del
arte de "bregar".
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