Vulgarismos. Variedades vulgares del español
Es claro que el español, como lengua culta hablada y escrita por las personas educadas,
tanto en España como en Hispanoamérica, es resultado de una coiné, y que
mantiene una notable unidad a pesar de su extensión.
Sin embargo, no todos los
hispanohablantes han tenido acceso a la posesión de este idioma culto común,
que es resultado de la instrucción, la lectura y la frecuentación de personas
que hablen bien.
En los medios rurales y en buena parte de la población urbana, la lengua mantiene todavía muchas formas antiguas, en lugar de las que fueron preferidas y quedaron fijadas por la acción de la literatura y de los hablantes más instruidos (trujo, cuasi, mirastes).
Otras veces, las palabras presentan evoluciones obedientes a tendencias profundas del castellano, reprimidas sin embargo por el habla culta (istancia, entestino, antiojos).
La analogía, en muchas ocasiones, impone formas excluidas de la norma idiomática, y así, si cantar hace su pretérito canté, se forja sobre él el pretérito andé, de andar (en vez de anduve); la serie traiga, caiga, ha servido de modelo analógico a haiga (por haya); el sustantivo carne impone erróneamente su 'e' al derivado vulgar carnecería (en vez de carnicería)...
En zonas en que el castellano se ha asentado sobre una base dialectal anterior, es muy frecuente también el empleo de dialectalismos propios de aquellas comarcas.
En los medios rurales y en buena parte de la población urbana, la lengua mantiene todavía muchas formas antiguas, en lugar de las que fueron preferidas y quedaron fijadas por la acción de la literatura y de los hablantes más instruidos (trujo, cuasi, mirastes).
Otras veces, las palabras presentan evoluciones obedientes a tendencias profundas del castellano, reprimidas sin embargo por el habla culta (istancia, entestino, antiojos).
La analogía, en muchas ocasiones, impone formas excluidas de la norma idiomática, y así, si cantar hace su pretérito canté, se forja sobre él el pretérito andé, de andar (en vez de anduve); la serie traiga, caiga, ha servido de modelo analógico a haiga (por haya); el sustantivo carne impone erróneamente su 'e' al derivado vulgar carnecería (en vez de carnicería)...
En zonas en que el castellano se ha asentado sobre una base dialectal anterior, es muy frecuente también el empleo de dialectalismos propios de aquellas comarcas.
Junto a estos vulgarismos
que responden, como decíamos, a una ignorancia inocente, y que se emplean
espontáneamente por los hablantes rústicos o por los que han emigrado de sus
pueblos a las ciudades, muchos habitantes de éstas emplean otros vulgarismos
que, en su origen, han sido intencionados, es decir, no espontáneos. Con ellos
sus usuarios pretenden diferenciarse como clase social o como grupo frente a
otros hablantes a quienes consideran "inferiores". Tal es el
comportamiento frecuente de los nacidos en los barrios populares de las grandes
ciudades, frente a los que proceden de los pueblos; el de los
"castizos", "flamencos" y hasta maleantes, frente a las personas
comedidas; el de los "señoritos" de tertulia frente a los
trabajadores más humildes; el de los jóvenes frívolos, que afirman su
imaginaria distinción, frente a los que no participan de los ritos y audacias
de la modernidad.
Principales rasgos de los vulgarismos espontáneos
Como hemos visto en el
punto anterior, los vulgarismos espontáneos, tanto rurales como urbanos, son el
resultado de una escolarización deficiente. He aquí algunas de sus
características.
Vacilación en las
vocales átonas
Por influjos varios
(confusión de prefijos, analogía, acción de fonemas vecinos...), se observan
alteraciones como las siguientes: restrojo (por rastrojo), espaviento (por
aspaviento), estilla (por astilla), ancía (por encía), cirimonia, intierro,
pinicilina, tiniente, intinción, indición (por inyección), siñor (por señor),
dicir, melecina (por medicina), vesita (por visita), recebir, estituto (por
instituto), decumento (por documento), hespital (por hospital).
Alteraciones en los
diptongos
A veces, se produce la
reducción del diptongo a una sola vocal: pacencia (por paciencia), anque (por
aunque), ventiuno, ventidós, ventitrés... (por veintiuno, veintidós,
veintitrés...), custión (por cuestión), concencia (por conciencia)...
En otros casos, se modifica
el diptongo: afaitar (por afeitar), azaite (por aceite), raina (por reina),
sais (por seis), paine (por peine)...
Formación de diptongos
con vocales que estaban en hiato
Como sabemos, dos vocales
van en hiato cuando, estando en contacto, no forman diptongo: ba-úl.
Vulgarmente, se tiende a reunirlas dentro de una sola sílaba, formando con
ellas un diptongo: bául, máiz (por ma-iz), ahi (por ahí), maes-tro (por
ma-es-tro), cuete (por cohete). Si las primeras vocales son e, o, llegan a
hacerse i, u, respectivamente: pasiar (por pa-se-ar), pior (por pe-or), rial
(por re-al), Juaquín (por Jo-a-quín).
Desarrollo de g (o b)
ante diptongos que empiezan por u
Así, se oye güele; de güele
se ha formado goler), cacagüete (por cacahuete), güerto (por huerto), buevo, güevo (por huevo)...
Cambios de consonante
Por ejemplo, la b se trueca
en g en muchas palabras: güeno, agüelo, güelve (vuelve y, por tanto, golver).
Otras veces se convierte en m: muñuelo (por buñuelo), moniato (por boniato). La
g se presenta como b en abuja, abujero o bujero (agujero). En ocasiones f se
trueca en c: Celipe (por Felipe) y, al revés, fenefa (por cenefa). Hay permutas
entre r y l: celebro (por cerebro), comel (por comer), sordao (por soldado),
aceital (por afeitar)...
Alteraciones de grupos
formados por dos consonantes
Se modifica, a veces, la
primera consonante: colurna o colugna (por columna), hirno (por himno). Otras,
se reduce y subsiste una sola de las consonantes: comenencia (por
conveniencia), suscrición (por suscripción), istrución (por instrucción)...
Metátesis o cambio de
posición de los fonemas dentro de la palabra
Así, se oye cocreta o
cocleta (por croqueta), Grabiel (por Gabriel), humarera o humadera (por
humareda).
Distorsiones
morfológicas
Son muy abundantes.
Afectan a todas las partes de la oración, y muy especialmente al verbo:
hiciendo (por haciendo),
dijieron (por dijeron),
ayer lavemos la ropa (por lavamos),
haiga (por haga),
andé (por anduve),
andaron (por anduvieron),
vinistes (por viniste), cantastes (por cantaste),
quies (por quieres),
ties (por tienes).
Afectan a todas las partes de la oración, y muy especialmente al verbo:
hiciendo (por haciendo),
dijieron (por dijeron),
ayer lavemos la ropa (por lavamos),
haiga (por haga),
andé (por anduve),
andaron (por anduvieron),
vinistes (por viniste), cantastes (por cantaste),
quies (por quieres),
ties (por tienes).
Distorsiones
sintácticas
Son muchísimas también.
Así, el empleo de la forma cantaría, en vez de la forma cantara: Si yo estaría en tu lugar...( en vez de estuviera).
El empleo de cantase, en vez de cantara, en las oraciones condicionales: Si yo estuviese en tu lugar... (por estuviera).
Construcciones como Se arregla paraguas, Se necesita aprendizas (en vez de arreglan y necesitan).
Empleo del plural en vez del singular, cuando el verbo haber se utiliza como impersonal: Hubieron muchos invitados (en vez de hubo); Habían más extranjeros que españoles en los toros (por había). Este error es muy frecuente con haber, pero se observa también con los verbos que les sirven de auxiliares: No suelen haber periódicos a estas horas (por suele); Debían haber allí cien personas (por debía).
Empleo superfluo de la preposición de, con verbos que significan "decir", "ordenar", "pensar": Le dije de que no viniera; Yo opino de que no debía hacerse.
Así, el empleo de la forma cantaría, en vez de la forma cantara: Si yo estaría en tu lugar...( en vez de estuviera).
El empleo de cantase, en vez de cantara, en las oraciones condicionales: Si yo estuviese en tu lugar... (por estuviera).
Construcciones como Se arregla paraguas, Se necesita aprendizas (en vez de arreglan y necesitan).
Empleo del plural en vez del singular, cuando el verbo haber se utiliza como impersonal: Hubieron muchos invitados (en vez de hubo); Habían más extranjeros que españoles en los toros (por había). Este error es muy frecuente con haber, pero se observa también con los verbos que les sirven de auxiliares: No suelen haber periódicos a estas horas (por suele); Debían haber allí cien personas (por debía).
Empleo superfluo de la preposición de, con verbos que significan "decir", "ordenar", "pensar": Le dije de que no viniera; Yo opino de que no debía hacerse.
Pérdida de la -d-
intervocálica
Frecuentísima, en todo el
territorio que cubre nuestra lengua: bailaor, comío, sentío, crúo (por crudo),
boa (por boda), espantá, tó, na (por nada). Es absolutamente inadmisible, y
debe ser, por tanto, cuidadosamente evitada.
Problema especial presentan
las palabras terminadas en -ado: mercado, mirado... Es muy corriente su pérdida
total, lo cual produce un efecto de ordinariez. Es aconsejable la pronunciación
de una -d- leve y suave.
Pronunciaciones vulgares
de la -d, en final de palabra y de sílaba
En posicion final de
palabra, la -d suele ser viciosamente omitida, son, por tanto, vulgares y
reprobables las pronunciaciones verdá (por verdad); Madrí (por Madrid), realidá
(por realidad).
En algunas partes de Castilla y en Madrid especialmente, se oye también verdaz, Madriz, realidaz; se trata de una pronunciación aún más aberrante que la anterior. Esta -d, realizada como -z, aparece también en posición final de sílaba: azmirar, azquirir.
En algunas partes de Castilla y en Madrid especialmente, se oye también verdaz, Madriz, realidaz; se trata de una pronunciación aún más aberrante que la anterior. Esta -d, realizada como -z, aparece también en posición final de sílaba: azmirar, azquirir.
Vulgarismo igualmente
evitable es el que en la segunda persona plural del imperativo. realiza la -d
como-r: mirar (mirad), escuchar (escuchad); esta -r aparece también ante el
pronombre -os: sentaros (por sentaos), callaros (por callaos).
Por fin, muchos catalanes y
valencianos pronuncian una -t, en posición final de palabra: virtut, edat,
callat.
El buen uso aconseja que,
en posición final de palabra y de sílaba, pronunciemos una -d tenue, semejante
a la de la terminación -ado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario