CLEMENTE SÁNCHEZ VERCIAL
Libro de los enxemplos
[Compuesto entre 1400 y 1421.]
[IV] Inimico permissum est dolum
facere contra hostes:
A njnguno non es defendido
de fazer engaño asu enemigo.
Segund cuenta la historia delos
lonbardos que vna vegada los franceses ayuntaron gran caballería contra los
lonbardos e entraron poderosa mente en Lonbardia; e entendiendo los lonbardos
que se non podrían defender por armas, vsaron de captela, e por fazer los
seguros finchieron las ollas e las calñderas de carne, e las mesas de pan e de
muchos buenos vjnos, e desampararon el Real e fingieron que foyan, e prosieron
se ençelada en vn lugar acerca. E quando llegaron los franceses al Real e non
fallaron ende pmne alguno creyendo que avian foydo por temor, e creyendo ser
seguros e que non les avia de venir batalla contraria, dexaron las armas e
prosieronse a las mesas a comer e beuer. E los lonbardos, de que sentieron que
estauan asegurados a sin armas e dellos enbriagos e dellos dormjendo, dieron
sobre ellos e mataronlos en manera que quedaron muy pocos.
___________________
MENÉNDEZ PIDAL, Ramón: Crestomatía
del español medieval, Madrid, Seminario Menéndez Pidal-Editorial Gredos, 2ª
ed. corregida y aumentada, 1976, T. II, pág. 515.
FERNÁN PÉREZ DE GUZMÁN
Generaciones y semblanzas
[Compuesto hacia 1450-1455.]
Fue este don Pero Lopez de
Ayala alto de cuerpo, e delgado, e de buena persona; onbre de grant discriçion
e abtoridad e de grant conseio, asi de paz como de guerra. Ouo grant lugar
acerca de los reyes en cuyo tiempo fue, ca, seyendo moço, fue bien quisto del
rey don Pedro, e, después, del rey don Enrique el segundo fue de su conseio e
amado del. El rey don Iohan e el rey don Enrique su fijo fizieron del grande
mención e gran fiança; paso por grandes fechos de guerra e de paz; fue preso
dos uezes: una en la batalla de Najara, otra en Aljubarrota. Fue de muy dulce
condicion, e de buena conuersaçion, e de gran conciencia, e que temia mucho a
Dios. Amo mucho las çiençias, diose mucho a los libros e estorias, tanto que
como quier que el fuese asaz cauallero e de gran discriçion en la platica del
mundo, pero naturalemente fue muy inclinado a las çiençias, e con esto grant
parte del tiempo ocupaua en el leer e estudiar non en obras de derecho, sinon
filosofia e estorias. Por causa del son conoçidos algunos libros en castilla
que antes no lo eran, ANSI como el Titu Libio, que es la mas notable estoria
romana, los Casos de los Príncipes, los Morales de Sant Gregorio, Esidro de
Sumo Bono, el Boeçio, la
Estoria de Troya. El ordeno la estoria de Castilla desde el
rey don Pedro fasta el rey don Enrique el terçero. Fizo un buen libro de la caça,
que el fue muy caçador, e otro libro Rimado del Palaçio.
___________________
MENÉNDEZ PIDAL, Ramón: Crestomatía
del español medieval, Madrid, Seminario Menéndez Pidal-Editorial Gredos, 2ª
ed. corregida y aumentada, 1976, T. II, págs. 556-7.
DON IÑIGO LÓPEZ DE MENDOZA, MARQUÉS DE SANTILLANA
Proemio al condestable don Pedro de Portugal
[Compuesto entre 1445 y 1449.]
Commo pues o por qual manera, señor muy virtuoso, estas
sçiençias ayan primeramente uenjdo en mano de los Romancjstas o vulgares, creo
seria difícil inquisición e una trabajosa pesquisa. Pero, dexadas agora las
Regiones, tierras e comarcas mas longinjcas e mas separadas de nos, no es de
dubdar que vnjuersalmente en todas de sjempre estas sçiençias se ayan
acostumbrado e acostumbran, e aun en muchas dellas en estos tres grados, es a
saber: sublime, mediocre e infymo. Sublime se podria decir por aquellos que las
sus obras escriuieron en lengua griega e latina, digo metrificando. Mediocre
vsaron aquellos que en vulgar escriuieron, asy Gujdo Janunçello, boloñes, e
Arnaldo Daniel, proençal. E commo quier que desto yo no ha visto obra alguna,
pero quieren algunos auer ellos sido los primeros que escriujeron terçio Rimo e
aun sonetos en Romance. [...] Infimos son aquellos que sin njngund orden, regla
njn cuento fazen estos Romances e cantares que las gentes de baxa e serujl
condición se alegran. Después de Guido e Arnaldo daniel, Dante escriujo en
terçio Rimo elegantemente las sus tres comedias: “Infierno, Purgatorio e
Paraíso”; miçer Francisco Petrarca sus “Triunphos”; Checo D’Ascoli el libro “De
proprietatibus rerum”; e Iohan Bocaçio el libro que “Njnfal” se jntitula,
aunque ayunto a el prosas de grande eloquençia a la manera del “Boeçio
consolatorio”. Estos e muchos otros escriujeron en otra forma de metros en
lengua itálica que sonetos e canciones morales se llaman.
___________________
MENÉNDEZ PIDAL, Ramón: Crestomatía
del español medieval, Madrid, Seminario Menéndez Pidal-Editorial Gredos, 2ª
ed. corregida y aumentada, 1976, T. II, pág. 592.
CASTELLANO
PRECLÁSICO
FERNANDO DE ROJAS
La Celestina
[Terminado en 1499.]
SEMPRONIO.- Callemos, que á la
puerta estamos; é, como dizen, las paredes han oydos.
CELESTINA.- Llama.
SEMPRONIO.- Tha, tha, tha.
CALISTO.- ¡Pármeno!
PÁRMENO.- ¿Señor?
CALISTO.- ¿No oyes, maldito sordo?
PÁRMENO.- ¿Qué es, señor?
CALISTO.- A la puerta llaman; corre.
PÁRMENO.- ¿Quién es?
SEMPRONIO.- Abre a mí e a esta dueña.
PÁRMENO.- Señor, Sempronio y vna puta
vieja alcoholada dauan aquellas porradas.
CALISTO.- Calla, calla, malvado, que es mi
tía; corre, corre, abre. Siempre lo vi, que por huyr hombre de un peligro, cae
en otro mayor. Por encubrir yo este fecho de Pármeno, a quien amor o fidelidad
o temor pusieran freno, cay en indignación desta, que no tiene menor poderío en
mi vida que Dios.
PÁRMENO.- ¿Por qué, señor, te
matas? ¿Por qué, señor, te congoxas? ¿E tú piensas que es vituperio en las
orejas desta el nombre que la llamé? No lo creas; que assí se glorifica en le
oyr, como tú, quando dizen: ”Diestro cauallero es Calisto.” E demás, desto es
nombrada e por tal título conocida. Si entre cient mugeres va e alguno dize:
“¡Puta vieja!”, sin ningún empacho luego buelue la cabeça e responde con alegre
cara. En los conbites, en las fiestas, en las bodas, en la cofadrías, en los
mortuorios, en todos los ayuntamientos de gentes, con ella pasan tiempo. Si
passa por los perros, aquello suena su ladrido; si está cerca las aues, otra
cosa no cantan; si cerca los ganados, balando lo pregonan; si cerca las
bestias, rebuznando dizen: “¡Puta vieja!”; las ranas de los charcos otra cosa
no suelen mentar. Si va entre los herreros, aquello dizen sus martillos.
Carpinteros y armeros, herradores, caldereros,arcadores, todo oficio de
instrumento forma en el ayre su nombre. Cántanla los carpinteros, péynanla los
peinadores, texedores. Labradores en las huertas, en las aradas, en las viñas,
en las segadas, con ella passan el afán cotidiano. Al perder en los tableros,
luego suenan sus loores. Todas cosas que son hazen, a do quiera que ella está,
el tal nombre representan. ¡Oh qué comedor de hueuos asados era su marido! ¿Qué
quieres más? Sino que, si vna piedra topa con otra, luego suena: “¡Puta
vieja!”.
CALISTO.- E tú, ¿cómo lo sabes y la
conosces?
PÁRMENO.- Saberlo has. Días grandes son
passados que mi madre, muger pobre, moraua en su vezindad, la qual rogada por
esta Celestina, me dio a ella por siruiente; aunque ella no me conoçe, por lo
poco que la seruí y por la mudança que la edad ha hecho.
CALISTO.- ¿De qué la seruías?
PÁRMENO.- Señor, yua a la plaça e
trayale de comer e acompañáuala; suplía en aquellos menesteres, que mi tierna
fuerça bastaua. Pero de aquel poco tiempo que la seruí, recogía la nueua
memoria lo que la vejez no ha podido quitar. Tiene esta buena dueña al cabo de
la ciudad, allá cerca de las tenerías, en la cuesta del río, vna casa apartada,
medio cayda, poco compuesta e menos abastada. Ella tenía seys oficios, conuiene
sauer: la brabdera, perfumera, maestra de fazer afeytes e de fazer virgos,
alcahueta e un poquito hechizera. Era el primer oficio cobertura de los otros,
so color del cual muchas moças destas siruientes entraban en su casa a labrarse
e a labrar camisas e gorgueras e otras muchas cosas. Ninguna venía sin
torrezno, trigo, harina o jarro de vino e de las otras prouisiones, que podían
a sus amas furtar. E avn otros furtillos de más qualidad allí se encubrían.
Asaz era amiga de estudiantes e despenseros e moços de abades. A estos vendía
ella aquella sangre inocente de las cuytadillas, la qual ligeramente
auenturauan en esfuerço de la restitución, que ella les prometía. Subió su
fecho a más: qie por medio de aquellas comunicaua con las más encerradas, hasta
traer a execución su propósito. E aquestas en tiempo honesto, como estaciones,
procesiones de noche, missas del gallo, missas del alua e otras secretas
deuociones. Muchas encubiertas vi entrar en su casa. Tras ellas hombres
descalços, contritos e reboçados, desatacados, que entrauan allí a llorar sus
pecados. ¡Qué tráfagos, si piensas, traya!
___________________
FERNANDO DE ROJAS: La Celestina,
(Fragmento del Acto Primero), Clásicos Ebro, nº 89-90. Zaragoza, ed. Ebro,
1955, pp. 59-62.
No hay comentarios:
Publicar un comentario