D. Siglo XVIII. NEOCLASICISMO. 3. Teatro.
A) Leandro Fernández de Moratín: El sí de las niñas.
Texto:
Acto segundo.
Doña Irene amonesta a su hija por la frialdad que manifiesta don Diego, cuyo elogio le hace una vez más.
DOÑA IRENE.- Es un señor muy mirado, muy puntual. ¡Tamn buen cristiano! ¡Tan atento! ¿Tan bien hablado! ¡Y con qué garbo y generosidad se porta! [...] ¡Y qué casa tiene! Es mucho aquello. ¿Qué ropa blanca! ¡Qué batería de cocina! ¡Y qué despensa, llena de cuanto Dios crió...! Pero tú no parece que atiendes a lo que estoy diciendo.
PAQUITA.- Sí, señora, bien lo oigo; pero no la querría interrumpir a usted.
DOÑA IRENE.- Allí estarás, hija mía, como pez en el agua. Pajaritas del aire que apetecieras las tendrías, porque, como él te quiere tanto, y es un caballero tan de bien y tan temeroso de Dios... Pero, mira, Francisquita, que me cansa de veras el que siempre que te hablo de esto hayas dado en la flor de no responderme palabra... ¡Pues no es cosa particular, señor!
PAQUITA.- Mamá, no se enfade usted.
DOÑA IRENE.- No es buen empeño de... Y ¿te parece a ti qu no sé yo muy bien de dónde viene eso? ¿No ves que conozco las locuras que se te han metido en esa cabeza de chorlito? ¡Perdóneme Dios!
PAQUITA.- Pero... Pues ¿qué sabe usted?.
DOÑA IRENE.- Me quieres engañar, ¿eh? ¡Ay, hija mía! He vivido mucho. y tengo yo mucha trastienda y mucha penetración para que tú me engañes.
PAQUITA.- (Aparte, creyendo que su madre conoce sus relaciones con don Carlos.) ¡Perdida estoy!
DOÑA IRENE.- Sin contar con su madre... Como si tal madre no tuviera... Yo te aseguro que, aunque no hubiera sido con esta ocasión, de todos modos era ya necesario sacarte del convento [...]. ¡Mire usted qué juicio de niña este! Que porque ha vivido un poco de tiempo entre monjas, ya se le puso en la cabeza el ser monja también... Ni qué entiende ella de eso, ni qué... En todos los estados se sirve a Dios, Frasquita; pero el complacer a una madre, asistirla, acompañarla y ser el consuelo de sus trabajos, esa es la primera obligación de una hija obediente... Y sépalo, si no lo sabe.
PAQUITA.- Es verdad, mamá... Pero yo nunca he pensado abandonarla a usted.
DOÑA IRENE.- Sí, que no sé yo...
PAQUITA.- No, señora. Créame usted. La Paquita nunca se apartará de su madre ni le dará disgustos [...]
DOÑA IRENE.- Pues, hija, ya sabes lo que te he dicho. Ya ves lo que pierdes, y la pesadumbre que me darás si no te portas en un todo como corresponde... Cuidado con ello.
PAQUITA.- (Aparte) ¡Pobre de mí!
Cuestiones:
1) Esta comedia, a diferencia de las del teatro del Siglo de Oro, está escrita en prosa. Y pinta un ambiente burgués. Resume brevemente su argumento.
2) El personaje de la madre, o no aparece, o carece de importancia en el teatro del Siglo de Oro. Aquí, en cambio, es fundamental. ¿A qué lo atribuyes?
3. ¿Qué elogia doña Irene en don Diego?
4. ¿Con qué tipo de oraciones lo pondera? ¿Por qué?
5. ¿Miente Paquita? ¿Qué hace?
6. Doña Irene no entiende bien lo que le dice su hija. ¿Qué es lo que cree?
7. ¿Cómo expresa doña Francisca su sumisión? ¿Es una heroína “moderna”? ¿Eran los neoclásicos reformistas o “revolucionarios”?
8. Doña Irene pasa de la persuasión a la amenaza. ¿En qué momento?
9. El lenguaje, liberado de las obligaciones que impone el verso, se hace más coloquial. Señala los rasgos que te parezcan más coloquiales.
10. Qué pretende combatir esta comedia?
11. ¿Es importante esta escena, dentro del plan general de la comedia? ¿Por qué?
12. Busca en una edición a tu alcance de la comedia la intervención de don Diego en que pide a Paquita “sinceridad”: “Yo soy ingenuo; mi corazón...” Cópiala.
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